Los Hijos de Cronos
Cronos, hijo de Urano, no encontraba la paz. El día que mató a su padre, éste lo había maldecido: -¡Tú también serás aniquilado por uno de tus hijos!
Cronos por miedo a su muerte, se comió a todos los hijos que tuvo su esposa, Rea, para que no lo aniquilaran. Y así lo hizo, nació Hestia y Cronos se la comió. Vino al mundo Deméter y se lo comió, y lo mismo hizo con Hera, Hades y Poseidón.
Rea, lloraba cada vez que veía desaparecer a sus hijos en la boca voraz del cruel Cronos y le deseaba todos los males. Años después tuvo otro hijo y se lo entregó a Gea; se llamaba Zeus, el dios de la luz y el cielo: Gea se lo llevó a la isla de Creta, donde creció alimentándose de leche y miel.
En la isla de Creta crecía el niño llamado Zeus.
Cronos podría buscarlo por cielo, tierra y mar, pero no lo encontraría. El niño creció. Y cuando había aprendido lo suficiente, sintió que debía abandonar la isla.
Zeus quería castigar a su padre, entonces acudió a Metis, quien despreciaba a Cronos.
- Zeus, coge esto- dijo mostrándole un gran jarrón- Aquí hay una potente bebida: dásela a Cronos …
-Le sentará tan mal- dijo Metis- Que solo querrá una cosa: ¡Vaciar su estómago!
Y así fue, Zeus se hizo pasar por copero y le sirvió la bebida a Cronos. Entonces, Cronos, expulsó a todos sus hijos engullidos: Poseidón, Hades, Hera, Deméter y Hestia.
Zeus había ganado. Zeus se había vengado.
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