Los dioses primordiales son entidades que existen desde el inicio del todo, generalmente identificados con elementos o los principios naturales.
Aunque no hay una clasificaron estricta de las deidades primordiales, varios autores consideran a cuatro primeras entidades: Caos, Gea, Tártaro y Eros. También se habla de Urano (el cielo), Ourea (las montañas) y Pontos (el mar), una primera generación de descendientes concebidos sin relación sexual debido a su estatus primordial
Los 4 primordiales
«En primer lugar existió el Caos», primera de las entidades primordiales, y luego surgieron «Gea la de amplio pecho», «el tenebroso Tártaro» y «Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales». Aunque frecuentemente se asume que Gea, Tártaro y Eros descienden de Caos, esto no se corresponde ni está implicado en el texto de Hesíodo, que los presenta como realidades primarias como Caos que llegaron a la existencia independientemente. Como Gea, Caos forma posteriormente una familia propia a partir de dos descendientes que sí nacen de ella.
Caos:
Al comienzo de todas las cosas era Caos (χάος).
Aunque la palabra parece significar originalmente «vacío» o «espacio», seguramente no designa simplemente un espacio vacío, dado que resulta muy improbable que los griegos hayan supuesto que al comienzo había «nada». Pero Hesíodo tampoco dice que Caos estaba allí siempre (desde toda la eternidad), sino que prefiere usar la palabra γένετο, para señalar su «génesis» o surgimiento.
Caos no desaparece, sino que continúa ocupando un lugar, una ubicación espacial, cuando ya está finalizada la construcción del universo: en un pasaje posterior se le sitúa entre Gea y Tártaro, la zona más profunda del inframundo. Aunque Caos es en griego un sustantivo de género neutro, es tratada en los relatos como hombre cuando se presenta como una deidad.
Gea:
Aun siendo una figura importante en su mitología, Gea no fue particularmente honrada en el culto de la antigua Grecia. Su rol primordial la diferenciaba aparentemente de los posteriores dioses olímpicos, con personalidades mucho más desarrolladas. Le fueron dedicados templos en varios lugares de Grecia, incluyendo uno en la ladera sur de la Acrópolis ateniense (honrada como Ge Kourotrophos) y otro en Esparta, compartido con Zeus Agoraios. Aunque actúa en los mitos como una persona y a veces se la muestra en obras de arte surgiendo del suelo en forma humana, no puede decirse que se trate de una deidad completamente antropomórfica por su inmediata y directa identificación con la tierra como elemento físico y natural.
Tártaro:
Como en los poemas homéricos, el Tártaro hesiódico es la más profunda región del mundo, situada bajo el mismo Hades, a la misma distancia de este que la Tierra del Cielo. Fue el lugar donde las sucesivas generaciones de dioses encerraron a sus enemigos. Aunque muchos autores lo mencionan en el inicio de sus cosmogonías (Museo inicia su historia de la creación con él), otros autores griegos como Platón o Aristóteles, ignoraron los versos de la Teogonía donde se lo menciona. Martin West piensa que es posible que fuera insertado como una idea de último momento: ubicar el Tártaro en los inicios sería comprensible en una teogonía como la hesiódica, en la que el mundo se construye de abajo arriba. Cuando Tártaro es personificado se le considera padre de hijos siniestros, como Tifón (en la Teogonía, hijo de Gea y Tártaro) o, en fuentes posteriores, de Equidna y Tánatos (la muerte).
Eros:
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El Eros hesiódico es primordial, su acción es universal y previa a la distinción de sexos. Personifica la pasión, el anhelo amoroso y total y su existencia permite que los seres primigenios creen nuevos seres sin unión sexual. El papel de Eros es una invención destacable de Hesíodo, sin parale
lo en las historias de la creación de Oriente próximo, posiblemente derivado de la posición de Poto en la cosmología fenicia.
Primera generación de deidades primordiales
El siguiente estadio en el desarrollo del universo comienza cuando Caos y Gea generan nuevos seres sin contacto con pareja masculina.
La familia de Caos
De Caos nacieron posteriormente Érebo (la oscuridad) y Nix (la noche). Nix concibió con su hermano Érebo a Éter (luminosidad) y Hemera (el día), para lo cual Hesíodo cambió el género gramatical de Érebo de neutro a masculino. Nix es mucho más importante que su hermano porque, además de los dos hijos que tuvo con él, es la fundadora de la rama principal de la familia de Caos, al generar una serie de hijos por sí misma, en su mayoría personificaciones de las fuerzas oscuras, destructivas y negativas: Moros (Destino), Ker (Perdición), Tánatos (Muerte), Hipnos (Sueño), Geras (Vejez), Ezis (Dolor), Apate (Engaño), Némesis (Venganza), Eris (Discordia), Filotes (Amistad, Ternura), Momo (Burla), las Hespérides (Hijas de la Tarde), los Oniros (los Sueños), las Keres (Espíritus de la destrucción y muerte) y las Moiras (Hados), correspondiéndose estas dos últimas con Ker y Moros respectivamente.
La familia de Gea
De Gea surgió el «estrellado Urano», el cielo. En una simetría típica de las cosmologías griegas, el cielo es un igual respecto a la tierra y tiene «sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses»; en la Ilíada y la Odisea es llamado «bronce» y «hierro» respectivamente, y parece representar un techo sólido, plano y paralelo a la tierra. También surgieron de Gea los Ourea (las montañas, morada de las ninfas) y Pontos, el mar, « sin mediar el grato comercio». Con el nacimiento del mar finalizan las «concepciones inmaculadas» de los hijos de Gea, la tierra; quizás su estatus «primordial» impedía que pudieran nacer de una relación sexual. Si la línea genealógica de Caos (a través de Nix) produjo toda una serie de fuerzas negativas o dañinas, Gea fue la progenitora de todo lo positivo y sustancial en el mundo: las características físicas del universo, las deidades que presidían distintos aspectos de la naturaleza y todos los grandes dioses y diosas. Gea fundó dos familias con sus dos hijos, la mayor a partir de su unión con Urano y una menor con Pontos, constituida básicamente por divinidades marinas, ninfas y seres de naturaleza monstruosa o grotesca que fueron posteriormente desplazadas por las deidades del orden olímpico.
Video recomendado:
https://youtu.be/_inX1v1Evi8
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