LA TITANOMAQUIA

La titanomaquia fue una serie de batallas de titanes que dieron origen a una guerra durante el reinado de Cronos y que tuvieron una duración de diez años entre las deidades de la humanidad, los titanes que lucharon en Otis y los Olímpicos, que reinarían el monte más adelante. 

Fue una batalla que dio origen a una guerra que tuvo lugar durante el tiempo de reinado de Cronos, luego de que éste usurpó el trono de su padre Urano con la ayuda de los Cíclopes y los Hecatónquiros, quienes eran gigantes que tenían 50 cabezas y 100 brazos. Crono castró entonces a su padre, se apoderó de su trono y liberó a sus hermanos titanes, que habían sido encerrados en el Tártaro, bajo el reinado tiránico y egoísta de Urano. Los titanes se enfrentaron en el monte Otris y los Olímpicos llegaron a reinar este monte más adelante. Es importante mencionar, que, en la antigüedad, los griegos creían en la existencia de titanes y de dioses, los cuales tenían muchos

dones y privilegios, que eran 
inmortales y dominaban la tierra, el cielo y el mar.
Los Titanes, capitaneados por Cronos, se atrincheraron en el monte Ortis y los aliados de Zeus, en el monte Olimpo. Sin embargo no estaban todos los Titanes juntos. En el bando de Zeus se alió la temible Titánide Estigia junto con sus hijos -Cratos (poder), Bía (violencia), Zelo (celo) y Niké (victoria)-, Océano, Prometeo (hijo del titán Jápeto), y las Titánides Rea (madre de Zeus), Temis, Mnemósine, Febe y Tetis. Pero lo más importante es que se puso de su parte su abuela Gea.
Los terribles enfrentamientos duraron diez años, el mundo tembló y se estremeció, pero los resultados todavía eran inciertos. Entonces Gea informó a Zeus que de acuerdo con un oráculo, sólo si liberaba del Tartaro a los Cíclopes y los Hecatónquiros, conseguiría triunfar.
Así lo hizo y se adentró en el tenebroso Tártaro (infierno). Cuando los liberó, se unieron a su bando y, en muestra de agradecimiento, los Cíclopes entregaron a Zeus el rayo, el trueno y el relámpago; a Poseidón, el tridente; y a Hades, un casco hecho con piel de perro que lo hacía invisible.
Con estas armas, los Olímpicos iniciaron la batalla final, que terminó con su victoria absoluta. Zeus repartió privilegios a los hermanos que le ayudaron y envió a Cronos y sus aliados al Tártaro, con los Hecatónquiros como carceleros.

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